Andábamos juntos
similares a los árboles mojados,
tú me tomabas de la mano;
yo sostenía dos velas encendidas
y tu una flor siempre a punto de marchitarse,
me pregunto si tu deseo era regalármela,
pero si así fue, porqué nunca me la regalaste...
Andabas siempre en pena
yo acobijada en tu almohadilla
descansaba en mi tristeza.
Andabas casi siempre con un poema en la punta de la lengua
mientras yo soñaba con imágenes
tú decías "esas imágenes merecen ser soñadas
entre las páginas de un libro"
pero nunca encontramos el libro...
Yo podía perderme en el silencio como de costumbre
y tú aún en tu atmosfera congelada
desasías los inviernos de mis manos sin decir nada.
Hubiéramos querido nacer en los años 70 y en España...
Nos tomamos el tiempo necesario
para reclamarle al mundo el pequeño error,
pero no ocupamos
ni un segundo en reclamarle a Dios,
porque era una gran falta frente a Nietzsche
que nos hablo de la esperanza,
pero aun así le pusimos color,
porque siempre he tenido el corazón zurcido
y he reído de la mala combinación de colores
tan graciosa como un álbum indie
y como los papeles recortados
que caían de tu mesa desordenada
que ahora está vacía.
Pero me la puedo imaginar con papeles descoloridos
como tu traje desteñido y tu mirada inmóvil
que sobresalía en aquel parque,
como un destello,
desde aquella banca invisible y volátil.
Me gustaban tus palabras absurdas como helado
sin tildes y sin complicaciones
eran suaves como algodones,
para ser dichas en domingo,
el día que destinamos para tener los ojos tristes.
Los viernes eran para enamorarnos,
los sábados eran sólo para ser pronunciados,
los lunes eran para bordar iniciales.
He olvidado para qué eran los demás días,
pero nunca nos gustaron los miércoles,
a mi han seguido sin gustarme,
porque los miércoles
me los he imaginado siempre
con las manos vacías.
Una vez dibujamos un caballo
regordete y con las patas cortas
cuando no quedó nada más que el caballo
le dibujaste unas líneas que simulaban dos alas,
en serio esperaste que volara,
era triste ver al caballo aún con alas anclado,
así es como yo me siento ahora,
que del cielo solo escojo las tonalidades grises
los globos amarrados a los árboles
han hecho que pierda el rumbo de las nubes
las palabras guardadas en las galletas de menta
se han perdido entre los bolsillos de mi jean grisaseo.
Y he apostado las envolturas
A que Manhattan y La buena vida
han causado un gran daño
porque aún suspiro los viernes
y aún pronuncio los sábados.


2 comentarios:
Pocas veces presto atención a un poema en la primera lectura, debo confesarlo :$ pero esta sí que ha sido una de las veces. Me gustan las imágenes que creas y cómo juegas con los días, para darle un final que me encanta al texto.
tú decías "esas imágenes merecen ser soñadas
entre las páginas de un libro"
pero nunca encontramos el libro...
Esa parte me gustó mucho. Logras transmitir nostalgia y, poco a poco, melancolía. También me parece un texto muy personal, pero que crea imágenes fácilmente, después de todo, quién no extraña a alguien o a algo (lo sepa o no).
Para terminar, muchas gracias por tu comentario ^^ la idea del blog es esa: leernos y mejorar.
Debo confesar que nunca he sido un buen lector de poesía, es más, sólo leí a Becquer y recientemente a Mario Beneddetti, (y claro los poemas escogidos en secundaria)pero leyéndote a ti he descubierto que quizas en todos este tiempo me he privado de mucho; pero nunca es tarde no es así? BIENVENIDA MAGITA!
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